El Código Procesal Penal será un instrumento muy útil para superar las taras que todo proceso arrastra. Y más si hablamos de un proceso tan enrevesado como el penal. Lo que se trata de mejorar con este instrumento es la fluidez del proceso. Se apunta a la oralidad, por lo que se le ha tildado de un Código "americanizado". Pues para bien o para mal, los procesos se apoyarán en la oralidad de sus actores y la consecuente celeridad que debería preponderar a lo largo de todo el caso.
Pues bien, se busca ahora, en base a los últimos escándalos políticos protagonizados por agentes del partido de gobierno (1) , adelantar la aplicación de este Nuevo Código Procesal Penal en Lima (recordemos que sólo se viene aplicando paulatinamente en algunas partes del país) en lo que respecta a "de corrupción", más precisamente a los delitos de concusión, colusión, peculado y otros delitos económicos cometidos por funcionarios públicos (2). Con esto el Presidente de la República, principal promotor de esta "medida de adelanto", espera poner el parche ante tantos hechos condenables que comprometen la honorabilidad y la transparencia de la función pública.
Ver más en:
(1)http://www.desdeeltercerpiso.com/2010/04/crisis-aprista/
(2) http://www.correoperu.com.pe/correo/nota.php?txtEdi_id=4&txtSecci_parent=&txtSecci_id=100&txtNota_id=341955
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